¿Es buen momento para ser periodista?

Desde El País, La Razón y Newtral nos dan las claves: fact-checking, contenido, fuentes y la importancia del trabajo bien hecho

No vamos a descubrir América si afirmamos que internet es el presente y el futuro del Periodismo. Tal es el caso que, en los tiempos que corren, este reportaje se debería haber titulado: “Las 24 razones que desvelan el futuro de los medios de comunicación. La número 8 te sorprenderá”. Sin embargo, todo el que esté acostumbrado al tráfico en la red sabe que la decepción es tremebunda tras pinchar en este tipo de encabezamientos. Se suele cumplir la premisa de que cuanto más sugerentes son estos titulares más lamentable es el contenido que les acompaña.

 

Bulos, fake news, un modelo económico que no funciona, más de la mitad de la población no da credibilidad a los medios. Estos son algunos de los problemas a los que va a tener que hacer frente el periodismo del día de mañana. El negocio del papel tiende irremediablemente a su desaparición progresiva. Los nostálgicos –al igual que los melómanos siguen escuchando vinilos– continuarán acudiendo todos los domingos a su quiosco para comprar el periódico. Pero las nuevas generaciones consumen y consumirán información a través de su móvil, tablet o portátil. Además, muchos de ellos son lectores promiscuos que picotean de allí y de allá, por lo que obtener la fidelidad del usuario es muy complicado.

 

Jeff Jarvis –gurú del Periodismo– afirma en su libro El fin de los medios de comunicación de masas que para ser un buen comunicador lo más importante no es ya el contenido que se elabore, sino las comunidades a las que se lleguen. Jarvis considera que las redacciones deberían centrarse en generar informaciones para grupos de personas que tengan intereses comunes: «Hola Paco, soy tu periodista, ¿qué hay que cubrir hoy?». En España grandes medios de comunicación realizan noticias en función de lo que se está comentado en las redes, aunque esta fórmula no siempre es sinónimo de éxito.

¿La calidad no es cara?

“Los equipos de redes sociales, además de difundir informaciones en Twitter, Facebook o Instagram, monitorizan lo que se habla en esas redes para averiguar qué temas están despertando el interés de los usuarios”, expone en la Tiranía del clic Bernardo Marín, redactor jefe de Tecnología del periódico El País. “Es fácil dejarse seducir por las malas prácticas cuando uno tiene estos datos en la mano. Esa sobreabundancia de información no siempre se aprovecha con buen criterio en los medios, y algunos se lanzan a hacer noticias de cualquier asunto que lo pete”.

 

Asimismo, Marín explica que “competir por un mayor volumen de información se ha convertido en una carrera tan estéril como perseguir el arcoíris. Quizá la mejor idea sea no obsesionarse con hacer muchas informaciones y centrarse en la calidad y en la información diferenciada.” No obstante, la tecnología del siglo XXI también aporta beneficios al Periodismo. “El periodista de hoy en día tiene la obligación de conocer las estadísticas de las noticias que elabora. Debe fijarse en el tráfico total de las noticias y en cuánto tiempo han estado los lectores consultándola”.

Fake news vs fact-checking

De acuerdo al  Reuters Institute Digital News Report 2019, elaborado por la Universidad de Oxford, más del 55% de la población española confiesa que ya no puede distinguir qué es real y qué es falso en Internet. “El hecho de que las fake news lleven en su sintagma nominal la palabra noticia hace que el público relacione ese contenido con el Periodismo”. Así lo explica Ignacio Blanco, profesor titular de Periodismo y director del Máster en Verificación Digital, fact-checking y Periodismo de Datos en la Universidad CEU San Pablo. “La mayor parte de los bulos que se difunden no son inventados por los periodistas, las fake news son un problema global. Es necesario que el Periodismo termine por convertirse en la única fuente de los hechos comprobados; tiene que evolucionar hacia ese nuevo perfil profesional del fact-checker o verificador digital”

 

Sin embargo, Internet es tan extenso e inabarcable que la pregunta es inmediata: ¿hay alguna forma de evitar la propagación de bulos? Para Ignacio Blanco sí: “las noticias falsas no se pueden combatir limitando la libertad de expresión ni la libertad de prensa, la única forma de hacerlo es por medio la alfabetización mediática, el autocontrol y el pensamiento crítico. Es una responsabilidad individual cortar las cadenas de fake news”

 

Sin verificar, no compartas. Ese es el lema de nuestra plataforma educativa Newtral Educación, destinada a enseñar en colegios, universidades o talleres, técnicas de verificación, alfabetización digital y pensamiento crítico”, nos manifiesta Itziar Bernaloa desde Newtral. También nos advierte sobre la relevancia de los titulares, pilar esencial del Periodismo: “Hay que tener especial cuidado con aquellos titulares que buscan captar nuestra atención. La mayoría de las informaciones falsas utilizan este tipo de reclamos.”

Vivir del Periodismo

Si revisamos la auditoría de los grandes grupos de comunicación españoles nos podemos dar cuenta de una verdad irrefutable: todos tienen pérdidas millonarias. El pasado 23 de marzo cuatro asociaciones de editores de prensa y publicaciones periódicas, las cuales agrupan a 260 grupos editoriales y a más de 1.500 cabeceras informativas, alertaron al Ejecutivo de que este año iban a cerrar con pérdidas superiores a los 250 millones de euros. Además, calculan caídas de publicidad cercanas al 80%. Esto genera un debate sobre lo que deberían de ser los medios de comunicación y su función en la sociedad.

 

Manuel Calderón –veterano periodista del diario La Razón– opina que “el objetivo de cualquier empresa periodística no es generar ingresos, sino facilitar información veraz y contrastada. Los ingresos serán una consecuencia de estos principios. Cualquier periodista preferiría hacer un gran reportaje antes que generar basura fácil de clicar. Hay que buscar usuarios sanos que busquen información.” Asimismo, Calderón cree que los sitios web como Netflix o HBO no suponen una amenaza para el Periodismo: “si más de la mitad de la población dispone de suscripciones a plataformas digitales, los medios deben informar sobre esos contenidos y ofertas, valorarlos y comentarlos. La prensa debe aportar información y no competir con lo que no está a nuestro alcance”.

 

Por su parte, el exdirector de El Mundo David Jiménez dictamina que “hay que ser conscientes de que cuando haces Periodismo te vas a encontrar con mucha gente en el camino que va a intentar ponerte obstáculos: para que no cuentes la verdad, para que no seas independiente o para que pongas la profesión al servicio de intereses económicos y políticos.

Nuevos medios periodísticos

Julio Maldonado “Maldini” es para muchos el mejor periodista deportivo de España. Actualmente trabaja en Movistar+, en la Cope y en Marca. No obstante, lo más curioso es que tiene un canal de YouTube –al que sube vídeos todos los días– que cuenta con más de 361.000 suscriptores. Muchos jóvenes periodistas han conseguido una audiencia y un rédito considerables –como los que componen Charlas de fútbol o Drafteados– dando el salto desde los medios de comunicación tradicionales hasta YouTube.

 

Pero esta plataforma no solo está reservada para comunicadores deportivos. Los vídeos del canal de El Comidista –conducido por el periodista gastronómico Mikel López-Iturriaga– en los que expertos prueban productos del supermercado se han hecho tremendamente virales. Por otro lado, el periódico El País supera los 900.000 suscriptores en YouTube, y el vídeo más visto de La Vanguardia alcanza casi los 19 millones de reproducciones. Todo parece indicar que dentro de menos tiempo del que nos esperamos el periodismo informativo, político y cultural se va a adentrar de lleno en estos nuevos medios. ¿Quiénes serán los pioneros?

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