Joe Biden toma posesión por la unidad

Joe Biden se comprometió a volver a unir el país en su toma de posesión. Kamala Harris se convirtió en la primera mujer en jurar la vicepresidencia de Estados Unidos. El nuevo ejecutivo comenzó a trabajar desde esa misma tarde. 

Eran las once y cuarto de la mañana en Washington cuando comenzó a nevar. “De todas las cosas que hemos tenido que preparar, la nieve no estaba en nuestra agenda”, bromeó el senador republicano Roy Blunt en los discursos preliminares de la toma de posesión. Los termómetros marcaban seis grados en la capital de Estados Unidos. Los abrigos, los guantes y las bufandas protegían del gélido frío a los pocos asistentes que este año han podido acudir al acto. Sin embargo, la prenda estrella de la mañana, como de todo el 2020, fue la mascarilla. 

 

La senadora de Minnesota, Amy Klobuchar, se retiró la suya cuando se subió al estrado de la escalinata oeste del Capitolio para inaugurar la toma de posesión. La veterana política recordó el asalto a ese mismo edificio hace unas semanas. Lo describió como un “despertar de sus responsabilidades como americanos”. Klobuchar puso el acento en la importancia del traspaso de poderes porque “es el día en el que la democracia resurge, se sacude el polvo y hace lo que América siempre hace: avanzar como una sola nación, bajo Dios, indivisible, con libertad y justicia para todos”. La senadora llevó la batuta del evento y presentó a los protagonistas: Kamala Harris y Joe Biden.

Klobuchar destacó de Harris que ha sido “la primera vicepresidenta afroamericana, asiático-americana y mujer”. A lo que añadió “que se sostiene sobre los hombros de otras gigantes que han forjado el camino hasta este día”. La nueva número dos del ejecutivo americano juró su cargo a Sonia Sotomayor, la primera juez latina de la Corte Suprema norteamericana. Harris puso su mano izquierda sobre dos biblias. Una pertenecía a un amigo de la familia y la otra, a un referente para ella: Thurgood Marshall, el primer juez afroamericano miembro de la Corte Suprema de EE. UU. 

El presidente también decidió jurar sobre las sagradas escrituras de los católicos. Joe Biden subió al estrado acompañado de su esposa, Jill. El presidente de la Corte Suprema, John Roberts, se encargó de tomarle juramento. Biden puso su mano izquierda sobre una biblia familiar centenaria, levantó su mano derecha y juró defender la Constitución y a los americanos. “Tenemos que acabar esta guerra incivil”, declaró en su discurso el presidente. “Mi alma entera está en ello, unir América, unir el país”, añadió Biden.

 

En un tono grave, se dirigió a los asistentes y a los habitantes de la nación: “Este es el día de América y el día de la democracia”. Añadió el mandatario que “la democracia es preciosa y frágil, pero en este día ha prevalecido”. En alusión a la pasada administración, acusada de propagar la desinformación, Biden afirmó que “los líderes están para proteger la verdad y derrotar la mentira”.

 

El expresidente Donald Trump no asistió al traspaso de poderes. La representación del ejecutivo saliente cargó sobre los hombros del exvicepresidente Mike Pence. Sí que estuvieron los anteriores jefes de Estado Bill Clinton, George W. Bush y Barack Obama. 

 

Tampoco asistieron los miles de seguidores que habitualmente apoyan a los presidentes entrantes. Cerca de 200.000 banderas sustituyeron a la muchedumbre. El Covid y la conflictividad social obligaron a construir un muro impenetrable alrededor del Capitolio. A este dispositivo se sumaron miles de agentes de la Guardia Nacional para reforzar la seguridad del evento.

 

El nuevo ejecutivo es consciente de la encrucijada en la que se encuentra el país. Señaló como  principales problemas “el extremismo político, el supremacismo blanco, y el terrorismo doméstico”. “Debemos enfrentarnos a ellos y los derrotaremos”, declaró Biden. Presentó la situación como una oportunidad, confesó que había “mucho que reparar, pero mucho que ganar”.

 

La pandemia es otro de los dramas del país. Es el hilo transversal que conecta inevitablemente a todos los ciudadanos. “Saldremos de esto juntos”, proclamó Biden. El presidente guardó unos momentos de silencio en medio de su discurso para recordar a las víctimas del Covid.

 

El líder tendió puentes con la nueva oposición que emergerá en el parlamento y en las calles. Destacó que “cada desacuerdo no tiene que convertirse en una guerra total”. “Si no estás de acuerdo conmigo, que siga siendo así, porque esto es la democracia”, apostilló Biden. Lanzó un alegato para los que depositaron una papeleta diferente a la suya en noviembre. El político de Scranton afirmó que sería “el presidente de toda América, para los que me votaron y para los que no”.

 

El 46º jefe de Estado de EE. UU tuvo tiempo de acordarse de los que presenciaron la ceremonia desde otros países. “A los de fuera de la frontera: nos hemos puesto a prueba y hemos salido más fuertes”, aseveró Biden. El veterano político expresó que “repararemos nuestras alianzas y nos comprometeremos con el mundo de nuevo”. 

 

La cultura se abrió un hueco en la solemnidad del acto. Los artistas Lady Gaga, Jennifer López y Gath Brooks dibujaron la nota musical en la toma de posesión. La joven poetisa afroamericana Amanda Gorman declamó unos versos de alta carga social que revolucionaron las redes y la convirtieron en Trending Topic en Twitter

La última parada del día fue la ofrenda floral al soldado desconocido. El acto tuvo lugar en el cementerio de Arlington. Biden y Harris escucharon el himno nacional bajo la atenta mirada de los expresidentes. Harris se mantuvo con la mano en el pecho. Biden atendió con su mano en la sien, realizando el saludo militar. Al acabar se santiguó. Así se puso punto final a la toma de posesión del segundo presidente católico desde John F. Kennedy.

La religión ocupa un lugar importante en la política norteamericana. El padre Leo J. O’Donovan celebró el acto de invocación, una de las partes de la toma de posesión. Se trata de una cara tristemente conocida para los Biden, ya que fue el sacerdote que presidió el funeral de Beau, el hijo mayor del actual presidente. Cuando el religioso terminó su discurso, los copos ya no caían. La nieve simboliza la redención o la limpieza en las escrituras católicas. Con esta toma de posesión, Joe Biden se redime después de tres intentos malogrados de ser el candidato demócrata a la presidencia. Lo consigue en medio de la mayor polarización social del país desde la Guerra de Secesión. Biden se ha comprometido a limpiar y arreglar el caótico desorden que su antecesor le ha legado. Biden ha comenzado a trabajar desde la misma tarde de su proclamación. Su odisea empieza ahora.

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