Twitch pone en jaque a la industria del entretenimiento
Por Teresa Vasallo Fernández
Stephen Hawking decía que “vivimos en el más probable de todos los mundos”, pero es posible que haya otros, al menos, virtuales. Twitch es la plataforma de vídeo en directo más grande del planeta. Nació en 2011 como una secuela de Justin.tv, una página especializada en el streaming de videojuegos, la emisión en vivo. En este nuevo mundo no hay distancia de seguridad, ni número máximo de personas, ni mascarillas. Esto bien lo sabe The Grefg, un joven español, que consiguió el pasado dos de diciembre reunir a más de 660.000 espectadores mientras veía el último evento de Fornite, uno de los “videojuegos de tiros” más famosos de los últimos años. Esta increíble cifra le ha llevado a conseguir un récord mundial.
El fenómeno Twitch ha crecido tan rápido que ha captado la atención de los mayores influencers del momento. Aunque desde un principio su producto mayoritario era el sector de los videojuegos, cada vez ofrece más contenidos de otro tipo, como música, deporte, estilo de vida o charlas con los usuarios. De hecho, algunos de los clubes de fútbol más grandes como el Arsenal, el Real Madrid o el PSG disponen de su propio canal en la plataforma.
Página principal del Real Madrid en Twitch
“Twitch es donde millones de personas se reúnen en directo a diario para charlar, interactuar y crear juntos su propio entretenimiento”, afirma la empresa.
AMAZON ES EL GRAN GIGANTE QUE QUIERE ABARCARLO TODO
Desde que Amazon comprara la empresa por más de 970 millones de dólares, tras no llegar a un acuerdo con Google, Twitch no ha parado de crecer. Ha sabido aprovechar tan bien el éxito mundial de los eSports, es decir, los deportes electrónicos, y ha ganado tanta popularidad, que se ha creado una TwitchCon, un evento online donde se puede conocer a streamers, jugar con ellos y participar en diferentes competiciones de los eSports.
La inteligencia es saber adaptarse a los cambios, por eso esta plataforma ha querido cubrir la reciente necesidad del contenido personalizado. Sin duda, es una manera de diferenciarse de los medios convencionales como la televisión. En Twitch es posible encontrar desde una persona jugando con sus amigos al juego Among Us, hasta un científico explicando cómo va a ser la nueva vacuna para el coronavirus. No solo son los gamers los que están emitiendo en esta plataforma: personajes como el Kun Agüero, jugador del Manchester United, el cantante Miki Núñez o el periodista Ángel Martín, son asiduos en ella. Incluso Ibai, uno de los creadores de contenido españoles con más audiencia, consiguió juntar a Neymar Jr., jugador del PSG, al Kun Agüero y a Courtois, portero del Real Madrid, en el mismo directo.
LA ECONOMÍA ES EL MOTOR DE LA CREACIÓN DE CONTENIDO
Otro factor de su popularidad se refiere a las ventajas económicas que ofrece. Desde Twitch es fácil monetizar a través de las cuotas que se pagan cada mes que pueden ser de 4,99€, 9,99€ o 24,99€, dependiendo de la modalidad temporal que se concierte. Para los abonados de Amazon Prime, existe la posibilidad de suscribirse a un canal gratis todos los meses. Dependiendo de la comunidad que siga a cada streamer y del contrato que tenga cada uno, se cobrará un porcentaje diferente. Por otro lado, la plataforma permite un sistema de donación a los streamers desde la propia página. Las donaciones se hacen a través de los Bits, un artículo virtual que los espectadores pueden adquirir y donar para apoyar el contenido de los creadores. Otra opción para generar ingresos es la publicidad. Los streamers, a través de un panel de control, consiguen manejar exactamente cuándo quieren poner un anuncio durante su retransmisión, cuánto va a durar y si van a introducir una cadena de ellos. A la hora de la verdad, la publicidad es la única vía da acceso para ganar dinero con Twitch, ya que las suscripciones y los Bits afectan solo a los socios de la plataforma. Estos solo podrán pertenecer a la sociedad cuando dispongan de una comunidad de seguidores reconocida y hagan directos de manera constante.
Directo de Ibai con Neymar y el Kun Agüero
A partir del nacimiento de YouTube en 2005, los creadores de contenido se fueron uniendo a la plataforma de manera sistemática en todo el mundo, pero recientes leyes aprobadas en Europa y Latinoamérica han provocado que cada vez sea más difícil ganar dinero con los vídeos subidos. De hecho, muchos youtubers han manifestado su enfado con la plataforma, que ha dejado de recomendar los vídeos no virales, lo que hace mucho más complicada su difusión. Por otra parte, las nuevas normas de restricción también afectan al tratamiento de acceso a los vídeos de menores de edad, pues en ocasiones el algoritmo de YouTube no califica el material como contenido apropiado o fair use.
Como decía Heráclito: “No hay nada permanente excepto el cambio”. Por este motivo, muchos creadores de contenido comenzaron a migrar a Twitch, aunque la mayoría de los youtubers más prestigiosos aún conservan su canal de YouTube.
Una de las principales razones del éxito de la plataforma es el vídeo en directo. Es cierto que YouTube también permite este formato, pero es Twitch la que lleva en su ADN el streaming, que le permite una mayor espontaneidad en los directos. El youtuber de más de tres millones y medio de seguidores, Nil Ojeda, explica que “muchas veces las personas tienen Twitch de fondo, es algo que les hace compañía mientras las personas siguen con su vida”, una función que puede parecer muy similar a la de la radio.
LA ECONOMÍA ES EL MOTOR DE LA CREACIÓN DE CONTENIDO
Otro factor de su popularidad radica en las ventajas económicas que ofrece. Desde Twitch es fácil monetizar a través de las cuotas mensuales. Para los abonados de Amazon Prime, existe la posibilidad de suscribirse a un canal gratis todos los meses. Dependiendo de la comunidad que siga a cada streamer y del contrato que tenga cada uno, se cobrará un porcentaje diferente. Por otro lado, la plataforma permite un sistema de donación a los streamers desde la propia página. Las donaciones se hacen a través de los Bits, un artículo virtual que los espectadores pueden adquirir y donar para apoyar el contenido de los creadores. Otra opción para generar ingresos es la publicidad. Los streamers, a través de un panel de control, consiguen manejar exactamente cuándo quieren poner un anuncio durante su retransmisión, cuánto va a durar y si van a introducir una cadena de ellos. A la hora de la verdad, la publicidad es la única vía da acceso para ganar dinero con Twitch, ya que las suscripciones y los Bits afectan solo a los socios de la plataforma. Estos sólo solo podrán pertenecer a la sociedad cuando dispongan de una comunidad de seguidores reconocida y hagan directos de manera constante.
Cifras de Bits que se pueden donar
Estas ventajas que proporciona Twitch hacen que muchos youtubers como The Grefg o Ibai, después de hacer sus streams, suban los contenidos editados a YouTube haciéndolos más atractivos.
Twitch y YouTube son plataformas diferentes con públicos distintos. Los usuarios de YouTube suelen ser los millennials, un público que trabaja y elige cuándo y cómo ver el contenido, mientras el de Twitch es más joven, en general de la Generación Z, y con horarios más flexibles, lo que ayuda a que puedan ver los directos de los diferentes creadores.
Infografía de audiencia y vocabulario en Twitch
El enemigo del directo
Pero no todo le sale bien a Twitch. El 20 de octubre pasado miles de streamers recibieron un correo electrónico que les avisaba de que habían usado música con copyright y, por lo tanto, iban a eliminar los vídeos de los directos guardados. Además, les comunicaban que tenían un plazo de tres días para borrar aquello que pudiera incumplir la normativa. Tras ese tiempo Twitch continuó –y continúa– enviando notificaciones para informar sobre las sanciones a ejecutar. A diferencia del fútbol donde el árbitro enseña dos tarjetas amarillas para echarte del terreno de juego, en esta plataforma son tres los avisos que dan hasta el cierre del canal.
Las reacciones tardaron poco en aparecer y los creadores se lanzaron en masa a expresar su preocupación y malestar en las redes sociales. La plataforma no les ha permitido presentar alegaciones ni tampoco les ha facilitado una herramienta para poder detectar los vídeos que quebrantan las nuevas normas. Twitch ha sido duramente criticado por sus propios usuarios, ya que creen que no han hecho lo suficiente para ayudarlos y han quedado desamparados. Una de las pocas respuestas consistió en sugerir silenciar el sonido de los videojuegos. De hecho, hace poco se ha hecho viral el vídeo de un streamer de Guitar Hero –un videojuego donde se simula tocar una guitarra con un dispositivo– en el que, ante la prohibición de usar canciones que tengan derechos de autor, el streamer no tuvo más remedio que hacer el sonido de guitarra con su voz. En cambio, otros, como The Grefg, avisan que les da igual ser sancionados si pueden ofrecer el mejor contenido posible.
Tuit de The Grefg
Tras lo sucedido, a Twitch no le ha quedado más remedio que pedir disculpas, ya que las denuncias por copyright se han disparado. Según la plataforma hasta mediados de mayo recibía 50 denuncias al año, ahora recibe miles por semana.
Esto no es la primera vez que le sucede a la empresa. Durante años ha ignorado los avisos por el incumplimiento de copyright, pero ha sido su gran crecimiento el que lo ha puesto en el punto de mira de las discográficas. Mientras YouTube cuenta con Content ID y Copyright Match para identificar el uso del contenido protegido por los derechos de autor, Twitch carece de tal sistema.
Con la intención de solucionar el problema han creado Soundtrack by Twitch. Es un servicio de música propio de la plataforma que tiene un diseño muy similar al de Spotify. Aunque el desarrollo no sea el definitivo, los creadores pudieron disponer de esta herramienta desde un día antes de que se diera a conocer la norma de copyright. Pero, como nunca llueve al gusto de todos, la industria musical ha denunciado que Twitch no tiene las licencias necesarias.