Este jueves, el Aula CEU El Debate, ha organizado una ponencia para los alumnos de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Comunicación de la Universidad CEU San Pablo con motivo del Cónclave se está teniendo lugar desde ayer.

En esta sesión moderada por la profesora María Solano se ha explicado en qué consiste este proceso además de descubrir desde una mirada periodística la repercusión a nivel informativo que conlleva la elección del próximo Papa.

El grupo de ponentes estaba compuesto por José Francisco Serrano, catedrático de periodismo; dos redactores de la sección de religión del diario El debate, Ángel Lara, y José Antonio Méndez; y no podía faltar una presencia eclesial, el capellán de la facultad, el Padre Jesús Zurita.

Para entender la esencia de este evento histórico se debe analizar el origen epistemológico de la palabra, “cónclave”, que en latín significa “con llave”. Como bien indicaba Méndez, el único que tiene esa llave es una persona, el Espíritu Santo, Dios, que Inspira a los cardenales para saber cuál de todos los 133, es el más capacitado para liderar desde el servicio a la Iglesia.

La elección del Papa es una de las decisiones más importantes que se producen en el mundo. Es un proceso histórico porque no solo va a impactar a los 1,406 millones decatólicos que hay en el planeta, sino a todos los que están mirando la acción de la Iglesia. Méndez hizo mucho hincapié en este sentido, “la figura del Papa es muy controvertida porque hay mucha gente que puede influir y susurrar al oído de alguien ciertas ideas, por ello la selección de los cardenales se hace a puerta cerradas y aislados del mundo”. “Hay personas que quieren influir, podrían hacer llegar a los cardenales que son capaces de desestabilizar la balanza sobornos o promesas”. Son los mismos cardenales los que juran “buscar el bien de la iglesia para servir al mundo, con solo Dios en mente”. Esta tradición se adquiere en 1274, cuando el papa Gregorio X promulgó la constitución Ubi periculum.

Las nuevas tecnologías también han jugado un papel crítico en este secretismo, pues ahora a golpe de click se puede transmitir cualquier información. San Juan Pablo II, en su constitución apostólica Universi Dominici Gregis de 1996, estableció que todo lo que suceda dentro del cónclave debe permanecer en absoluto secreto y prohibió expresamente el uso de cualquier dispositivo de grabación de audio o video. Cualquier persona que revele información sobre lo ocurrido, o que utilice medios de grabación, se expone a la excomunión automática.

El proceso es el siguiente, los cardenales elegidos se reúnen en la capilla Sixtina, bajo un régimen de aislamiento total y secreto absoluto. Se realizan cuatro votaciones diarias: dos por la mañana y otras dos a la tarde. Para conseguir el futuro líder de la iglesia se necesitan por lo menos dos tercios de los votos, 89. El humo proviene de las papeletas de votación, que se queman, tanto como si hay veredicto como si no.  En caso de que haya salido el Papa, se le aplica a las papeletas un sistema químico para que el humo sea blanco.

Curiosamente hace unos meses, se estrenó la película Cónclave, una ficción audiovisual en la que se narra esta misma situación que estamos viviendo, pero representando a la Iglesia en términos de secretismo, bandos, tan politizada que en el propio tráiler lo califican como “una guerra”. Fue el Padre Zurita quien quiso hacer una aclaración. Explicó que muchos jóvenes debido a esta película tienen una visión de la Iglesia que no tiene casi nada que ver con la realidad pues justamente el derecho canónico está para protegerla.

¿Cómo se prepara este acontecimiento?

Tal y cómo explicaba Solano al principio, es una situación difícil para el periodista porque no sabe cuándo va a ocurrir. Por ello las redacciones tienen que realizar un trabajo de fondo con tiempo de sobra, porque puede ocurrir mañana, hoy, por la tarde, al mediodía… el periodista Ángel Lara, nos confesaba que la pieza en caso de muerte de su Santidad llevaba preparada desde hace 2,3 meses, “esto no se improvisa”. “En El Debate, tenemos preparados artículos para la fumata negra o blanca” . Hay medios a los que esta preparación previa les ha jugado una mala pasada como fue el caso de la conferencia episcopal italiana en el 2013, quienes anunciaron que el cardenal Angelo Scola era el futuro papa, en vez de Francisco.

Las fuentes también son esenciales, pues el periodista es un océano de conocimiento con un centímetro de profundidad, necesita rodearse de especialistas. Oceja explicó la misión fundamental del comunicador, “tiene que tener capacidad de observar, fuentes y conocimiento”. Pero eso no quita que no tenga que documentarse sobre todos los cardenales-–, incluidos aquellos que están fuera del mapa mediático.

¿El periodismo mundaniza el Cónclave?

Es cada vez más habitual que los medios analicen el cónclave con categorías políticas como “progresista” o “conservador”, reduciendo un proceso profundamente espiritual a un juego ideológico. Esta mirada simplifica y mundaniza la elección del Papa, ignorando que se trata de un discernimiento guiado por la fe, no de una contienda partidista. La información religiosa, bien tratada, es apasionante y esencial para comprender lo que realmente mueve a millones de personas en el mundo.

Como recuerda Paco Serrano, los términos de izquierda y derecha son invenciones modernas, hijas de la Revolución Francesa, ajenas a la tradición eclesial. Aunque los medios necesiten captar atención, deben hacerlo con profesionalidad y profundidad, evitando esquemas reductores.

Tal y como señaló María Solano, los católicos tienen hoy una gran responsabilidad: ofrecer una información veraz y contrastada, especialmente en tiempos de confusión. Cuando se comunica con verdad, el mensaje se agradece y genera confianza. No debemos olvidar, como ella misma recordó con una anécdota, que Dios está por encima de todo y sabrá usar nuestras palabras como instrumentos para el bien, si nos ponemos a su servicio con humildad y profesionalidad.

Carmen Almandoz
Carmen Almandoz

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