María del Casar y Gabriela Campos
El terremoto Donald Trump no solo ha sacudido a los Estados Unidos, sino que también ha revolucionado el resto de los países dentro y fuera del continente americano. “El principio del fin de la cultura woke”, “el cambio climático”, “el nuevo orden mundial” y “la posibilidad de una tercera Guerra Mundial” fueron algunas de las principales ideas que abordaron el Almirante (R) Juan Rodríguez Garat; Gustavo Morales, director del Club de Periodismo y Carmen de Carlos, redactora jefe de Internacional del periódico El Debate.
El coloquio ¿Y a mí en qué me cambia Trump la vida? se celebró en el Aula El Debate de la Universidad CEU San Pablo, dirigida por la profesora María Solano. Durante una hora, los ponentes evaluaron el impacto de Trump en el mundo, moderado por Darío Nogueroles, alumno de cuarto de Periodismo de la Universidad CEU San Pablo.
El moderador se refirió a la llegada de Trump a la Casa Blanca como un posible “principio del fin de la cultura woke”. Este movimiento supuestamente liberal y progresista ascendía a un ritmo vertiginoso en el panorama mundial hasta la victoria de Trump en las elecciones de noviembre de 2024. La responsable de la sección de Internacional en El Debate, Carmen de Carlos opinó: “Estamos ante un cambio de ciclo, pero todavía no se puede afirmar que estemos ante el principio del fin de la cultura “woke»”.
También se analizó la creciente popularidad de Trump entre los más jóvenes y en qué medida las redes sociales han influido en su reelección. Los ponentes analizaron otra reinvención del populismo, que ya es bien conocida a lo largo de la historia, pero en esta ocasión con las plataformas digitales como herramientas o soportes para sus objetivos.
Entre las claves que explicarían el triunfo de Trump, una de las que cobra más fuerza es: “uso de un lenguaje sencillo” y “un mensaje cargado de emoción”, afirmó Rodríguez Garat. Todos coincidían en que ha pesado más la personalidad de Trump que la mochila judicial que arrastra, cargada de acusaciones y con dos condenas firmes por agresión sexual y desvíos de fondos de campañas para contratar los servicios de una mujer.
Los ponentes intercambiaron impresiones sobre la nueva forma de hacer política que ha llegado con Trump. El antecedente inmediato lo situaron en Argentina con Javier Milei (su famosa motosierra) o en Bukele en El Salvado, pero, sin ninguna duda, “el primero que se aproximó a este estilo fue el propio Trump en su primera legislatura, aunque nunca había llegado a estos extremos”, coincidieron.
¿Y este volantazo en Estados Unidos a qué se debe? Preguntaron a los ponentes. La inflación y la inmigración, sumadas a la frustración de un país que perdía prestigio, movieron a millones de estadounidenses a confiar en el líder del partido republicano. Gustavo Morales añadió que, entre Nueva York y Los Ángeles, puntos clave para el partido demócrata, hay miles de norteamericanos apartados del foco mediático que dieron la victoria a su líder, Donald Trump. Se reafirmaba así que la sociedad estadounidense buscaba en Trump un líder que verdaderamente representase la Great America que esta potencia había sido a lo largo de la historia y parecía desvanecerse a ojos de sus nacionales.
“La crisis migratoria también se ha convertido en un problema de preocupación mundial. Aunque el sonoro y potente lema Make America First (MAGA) ha retumbado más allá de las fronteras de Estados Unidos, Donald Trump no es ni el primero, ni el único presidente en deportar a los extranjeros residentes de forma irregular en su país. Barack Obama fue el presidente de los Estados Unidos que expulsó la mayor cantidad de inmigrantes de las fronteras de este país, pero no alardeaba de ello”, observó Carmen de Carlos. A esta conclusión llegaron los ponentes: Trump se ha convertido en el mejor showman para su circo radical, ejemplar de la doctrina del shock.
La postura de Trump ante el cambio climático también genera incertidumbre en la población mundial. Gustavo Morales, periodista de larga trayectoria, aseguró: “el cambio climático siempre ha existido, y lo que hoy conocemos por este fenómeno natural es solo una idea exagerada que se traduce en beneficios para las empresas”. Junto con otras medidas en contra del cambio climático, como su portazo al Acuerdo de París, Trump ha decidido fomentar de nuevo el uso de las pajitas de plástico que ya prohibió Biden. Una aparente anécdota que vuelve a reflejar a la perfección las estridentes políticas de Donald Trump frente al “Green Deal” de la Unión Europea. Carmen de Carlos, lamentó: “se ha ido a posiciones demasiado extremas y el efecto muelle está haciendo lo mismo en sentido inverso. Hay que ir a posiciones más moderadas.” Entre lso ejemplos que surgieron, se recordó que Trump ha cambiado la prohibición de las pajitas de plástico por descartar las de cartón. “No se trata de prohibir por prohibir -intervino Carmen de Carlos- para generar más enfrentamientos, sino de que cada uno sea libre en esta sociedad de consumir y producir lo que desee. Eso es el libre mercado”
“La política exterior de Trump no es la antesala de una posible Tercera Guerra Mundial” aseguró el almirante retirado, Juan Rodríguez Garat. Este miedo sembrado en los ciudadanos de los Estados Unidos tiene como objetivo exaltar a las masas para generar caos. En su primer mandato, recordó que Trump retiró tropas y se quedó al margen de muchos conflictos internacionales. En esta segunda ronda, su iniciativa para pactar con Putin ha eclipsado sus otras campañas en Oriente Medio, como el bombardeo a las milicias de Somalia.
Garat, autor de Tambores de guerra, afirmó que una tercera Guerra Mundial es improbable hoy en día, aunque potencias como Estados Unidos, Rusia o incluso China posean un armamento nuclear significativo. Entre los escenarios posibles que se barajaron la semana pasada, los ponentes destacaron una nueva distribución geopolítica, más propia del siglo XVIII, por deseo y obra de Trump.
Garat reflexionó: “los pequeños estados tienen que entender que la labor de las grandes potencias no es librar sus batallas y asumir el control de los conflictos ajenos. Si esto fuera asumido así, sería dar un paso atrás como sociedad”. Por último, el almirante y columnista de El Debate, concluyó “el tiempo va a arreglar los conflictos bélicos actuales, aunque quizás de manera más lenta que lo que un Winston Churchill, que no va a volver a nacer, lo hará.”.