Seminario sobre periodismo de investigación. 

Antonio Rubio, se licenció en Periodismo en la Universidad Autónoma de Barcelona y posteriormente, se doctoró por la Universidad Complutense de Madrid. En 1993, entró a formar parte de la redacción del diario El Mundo donde fue subdirector de investigación hasta 2012, cubriendo casos de investigación como el secuestro de Quini, la fuga de Luis Roldán, la acción del GAL, los atentados del 11M o la labor de infiltración de servicios secretos en la banda terrorista ETA recogido en su libro “Lobo”, entre otros casos. 

Los estudiantes de periodismo tenemos mucho miedo a dar el primer paso en el mundo laboral, ¿puede contarnos cuál ha sido su trayectoria? 

Primero, hay que preguntarse: ¿Qué es el miedo? El miedo es que cada uno coge el trozo que quiere, y nosotros tenemos que intentar coger el menos posible. Claro que me costó. Yo empecé en los años setenta en un diario de Barcelona que era del Grupo Godó, de la Vanguardia, por la tarde. Se llamaba “Tele/eXpres” y allí empecé los domingos cogiendo crónicas de tercera división. Pero yo tenía claro lo que yo quería, entonces eso me sirvió para tener contactos, para tener relaciones, para ampliar y toda esa serie de cuestiones. Luego fui poco a poco, entré en Sucesos, luego en reportaje, luego me fichó “El Periódico de Cataluña”, luego me fichó la revista “Interviú” cuando hice un libro sobre el secuestro de Enrique Castro Quini que fue delantero centro del F.C Barcelona, luego vine aquí a Madrid y pues más o menos…Pero claro, el inicio es difícil. Es decir, el hecho de que tú seas licenciado o graduado no significa que ya tengas trabajo, sino que es “el inicio de”. Es como cuando te dan el carnet de conducir: ¿Tú sabes conducir? No, tú sabes lo mínimo. A partir de que hagas kilómetros es cuando tú aprendes a llevar un coche, a conducir y te da seguridad. El mundo del periodismo o de cualquier otra profesión es lo mismo. Lo que hay que tener muy claro es lo que queremos, y tener claro que eso nos va a suponer un esfuerzo, pero podemos.  

-¿Con qué obstáculos se encuentra un periodista que quiere investigar? 

Bueno, acordaros que hemos empezado la clase diciendo qué es el periodismo de investigación: es algo que intenta la gente ocultar. Cuando alguien intenta ocultar tú tienes que levantar la alfombra y ese trabajo cuesta, como es lógico. Es decir, hay un nivel y estamos viendo últimamente de corrupción, de historias y tú tienes que dedicarle mucho tiempo, mucho contacto y sobre todo hay una cuestión y es respetar que la información sea documentada, acreditada, verificada; todo eso te lleva tiempo. El periodismo de investigación fundamentalmente es una, ¿cómo diríamos? Una carrera de fondo, no una carrera de velocidad. No son los cien metros, sino que serían los mil quinientos en natación o los diez mil en atletismo y eso tiene que saber darle el ritmo.  

-¿Cuál ha sido su investigación más difícil? 

A ver, todas tienen su carga de alguna manera. Algunas han sido a lo mejor, menos costosas; pero más populares o con más llamada. Por ejemplo, cuando localizamos a Luis Roldán, director de la Guardia Civil, que se fugó y demás, estaban todas las fuerzas de seguridad del mundo buscándolo y lo encontramos nosotros. Pero, a pesar de que tiramos 800.000 ejemplares, se acabó el papel y la segunda hornada, el segundo día, fueron 710.000 me parece, para mí, el reportaje o la investigación que más me ha llenado; pero que no ha tenido tanto recorrido ha sido el asesinato del padre Ellacuría en el Salvador. Era un seguidor de la teología de la liberación y fue el alto Estado mayor de El Salvador quien planificó asesinarlo. Yo conseguí toda una serie de documentación y gracias a esa documentación se pudo abrir un sumario en España, se extraditó a uno de los asesinos y finalmente lo condenaron. 

-En el seminario has hablado mucho del caso Koldo, ¿cómo actuaría si hubiera afrontado esta investigación? 

Yo creo que los compañeros que están llevando el caso lo están llevando bastante bien, en diferentes medios. Quizá el problema del caso Koldo es que ya hay demasiados periodistas y ahora  es muy complicado poder sacar algo diferente, pero en términos generales yo creo que lo están llevando bastante bien, no creo que yo pudiera sacar muchísimas más cosas de lo que ellos están sacando. Es un caso que va a ser largo, con lo cual, hay que darle el tiempo suficiente porque cualquier procedimiento judicial, y ya está judicializado, tarda años en que se llegue a la vista oral o al juicio. Con lo cual, durante estos años vamos a ver porque muchos de los que están ahora imputados o investigados terminarán en la cárcel y cuando uno está en la cárcel, hemos visto el ejemplo de Julián Sancristóbal y Barrionuevo, se hacen más blandos, más asequibles. Es un tema de largo recorrido, pero yo creo que los compañeros y compañeras que están haciéndolo lo están haciendo muy bien. 

Hemos hablado también de las fuentes, ¿Ha visto usted en su recorrido como periodista de investigación su investigación impedida por terceras personas? ¿Ha temido incluso por su vida o por su seguridad personal? 

Si tú le levantas los pantalones o la falda a alguien se molesta, como es lógico y natural, y yo, pues, he estado haciéndolo metafóricamente durante mucho tiempo en esto. Y sí, había un grupo terrorista llamado ETA que me amenazó y hubo otro grupo también terrorista, aunque terrorismo de estado, que se llamaba GAL que también me amenazó. Pero como decíamos al principio de la entrevista cada uno coge el trozo de miedo que quiere.  

-Teniendo en cuenta la cantidad de acontecimientos dados últimamente en nuestro país, ¿cree que el periodismo de investigación ha ido perdiendo fuerza? 

No, yo creo que ha ido aumentando, y el hecho evidente es que en el 17 logramos montar la acción de periodistas de investigación que no existía. La montamos un grupo de compañeros y compañeras y un servidor. Yo he sido presidente de la acción hasta diciembre porque creo que había que dar el relevo correspondiente, sobre todo a la gente joven que venís y está funcionando perfectamente y es más, yo me he quedado de presidente de honor y ahora vamos a montar en octubre el congreso de periodismo de investigación latino americano que lo convertiremos en iberoamericano. Con lo cual, yo  creo que el periodismo de investigación cada día tiene más expansión y creo que cada día somos más necesarios. 

¿Usted cree que el periodismo mantiene su función original que sería contar la verdad, contar la información como es o se ha transformado en una plataforma donde solo importan las visitas, los likes…? 

Antes de nada, tenemos que tener clara la siguiente cuestión: todo ciudadano tiene derecho a saber la verdad. El problema es que hoy en día nuestras fuentes de información, es decir, los medios se han convertido en puro entretenimiento, buscando nuestra atención mediante el “clic” rápido, pero un medio periodístico no puede jugar a eso. A medida que pasan los años estamos entrando en una dinámica de “fake news”, la desinformación se ha normalizado, hasta tal punto que ya no sabemos diferenciar: qué es un medio de comunicación y qué es un medio periodístico. Nosotros los periodistas somos un servicio público con la tarea de proporcionar la verdad al ciudadano. Por eso antes de publicar es necesario verificar la información, realizar el “fact-checking”. En el periodismo no todo vale. 

-¿Qué consejo les daría a la gente como nosotros, que acabamos de entrar en este mundo del periodismo?  

Primero, formarse, prepararse, leer, estudiar y sobre todo tener espíritu crítico y espíritu de, que es muy importante, es decir,  invertir en vosotros mismos. Acordaros de que los profesores os pueden dar una serie de referencias y cuestiones pero sois vosotros los que tenéis las tenéis que desarrollar. No os quedéis solo con lo que aporta la universidad, buscad vuestra propia formación,  también la que está en la calle: ir a la presentación de un libro, a un seminario…  Porque aunque no estén dentro del programa forman parte de vuestra formación. Lo que hace falta es tener ganas e inquietud. Es como el deporte, si tú trabajas y entrenas puedes rebajar la marca. Si te formas y trabajas podrás tener más facilidad de poder llegar, sin embargo hay una cuestión que me preocupa porque muchas veces no se produce en los jóvenes: el esfuerzo y el trabajo. 

Durante estos tres días nos hemos sumergido en el verdadero periodismo de investigación.  Antonio nos ha revelado las claves para ser un buen periodista, en un mundo afectado por la sobreinformación que lleva a confundirnos entre la verdad y la mentira. Por ello, remarcó la importancia de tener espíritu crítico a la hora de enfrentarnos a una noticia y de conocer la historia que nos precede con el fin de facilitar la comprensión del lector ayudados de un contexto. El recorrido por las distintas investigaciones de Antonio nos ha llevado a valorar cómo detrás de cada noticia hay mucho “café, cariño y constancia”, tal y como él nos repetía. Las “tres C” nos recuerdan que en el campo de la investigación el tiempo no debe abrumarnos, al contrario, este nos acercará cada vez más a la verdad. En resumidas palabras, la formación, el esfuerzo y la iniciativa personal harán de nosotros “contadores de historias” y lo más importante para lograrlo es: ”leer, leer y leer”. 

Carmen Almandoz
Carmen Almandoz

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